viernes, 4 de diciembre de 2009

No sé si lloro porque te quiero o porque ya no tengo escapatoria.

Porque ya sólo existes tú, tú, tú y el volver atrás se ha marchitado como las rosas ahora envueltas en polvo gris. Pero me da igual, y ya no lloro mirando atrás, porque ya no me importa. Alguien se ha portado como un idiota y ha destrozado las cosas bonitas por las que sonreia al recordar.

Pero lloro...
Quizás porque no me dejarías huir, ni aunque quisiera, y aunque tú nisiquiera lo sepas, pues te empeñas en decir que realmente lo mío no es amor. Y es mentira. Te quiero tanto que me arrancaría el corazón para regalártelo, y así no poder llorar nunca más. Dejar atrás la locura y dormir eternamente sin que nada más me haga enloquecer. Porque eres tú el que produce un caos en mi cerebro, y ahora... tengo miedo. Miedo porque ya no soy yo quien escribe la historia a su antojo, ahora es al amor. Y él hace conmigo lo que quiere.
O quizás sea porque ya no hay atrás, y alguien ha decidido borrarme para siempre...
Ah, no, que me da igual, y ya no me importa.

No hay comentarios:

Publicar un comentario